El 13 de diciembre de 1521, Hernán Cortés llega a Acapulco descubriendo su bahía y la bautiza con el nombre de Santa Lucía debido la conmemoración de Lucía de Siracusa, una mártir que una mártir cristiana, que padeció el martirio durante la persecución de Diocleciano; patrona de la vista, los pobres, los ciegos, de los niños enfermos, de las ciudades, los campesinos, electricistas, modistas, chóferes, fotógrafos, afiladores, cortadores, cristaleros, sastres, fontaneros y escritores.

El propósito del viaje que desembocó en la bahía se debía al hecho que Cortés se encontraba en busca de oro por el sur de América.

Posteriormente llegó a Acapulco un bergan-tín al mando de Juan Rodríguez Villafuerte en 1532, Cortés; entonces Marqués del Valle de Oaxaca, viajó a Acapulco y se instaló en la pequeña bahía entre las puntas Diamante y Bruja para construir un astillero.
Actualmente esa pequeña bahía hoy lleva el nombre de Puerto Marqués en honor al conquistador de México.

Finalmente Hernán Cortés partió de tierras guerrerenses en una nueva expedición de conquista en Islas Filipinas en 1564, fundando la ciudad de Manila.

A su regreso al Puerto de Acapulco en 1565, el galeón llegó con productos orientales, que fueron llevados a Veracruz y de allí a España.