Por: Víctor Manuel Jiménez Mora.
Es memorable el timbre distintivo de su voz, su forma de caminar y su presencia física otorgaba al pasear por esta Riviera, fue célebre y posee el récord de la mayor cantidad de papeles protagonistas en la historia del cine.
En 1999, el American Film Institute le otorgó el lugar número trece en su lista de las cien Estrellas Más Grandes de Todos los Tiempos.
Una encuesta Harris publicada en 2007 le otorgó el tercer lugar entre las estrellas favoritas de los Estados Unidos, la única estrella ya fallecida de la encuesta y a la vez, la única estrella que había estado apareciendo en ella todos los años.
Su carrera fílmica comenzó en el cine mudo en la década de 1920, pero su éxito y fama se consolidaron entre las de 1940 y1970. Su imagen ha quedado asociada, para muchos, con el género Western ( del oeste) y con las películas de guerra, a pesar de que en realidad trabajó en muchos otros géneros en biografías, comedias románticas, dramas policíacos, aventuras, entre otros.
Tal vez debido a su gran popularidad, o a su posición como el republicano más famoso de Hollywood, el Partido Republicano le propuso presentarse como candidato a presidente en 1968.
Wayne rechazó la propuesta porque no creía que el público pudiera tomar en serio a un actor en la Casa Blanca. Sin embargo, Wayne apoyó la candidatura de su amigo Ronald Reagan –como gobernador de California en 1966 y en 1970 -quien por cierto, estuvo de visita en Acapulco también en calidad de gobernador en 1971- ), quién años más tarde sería Presidente de los Estados Unidos.
Una clásica estampa del Acapulco de Oro, el actor estadounidense de Hollywood, Marion Robert Morrison, con nombre artístico John Wayne, gustaba esquiar por la bahía de esta ciudad a principios de los años cincuenta.
El Duque, como popularmente era conocido y asiduo visitante de este puerto y en el que pasaba largas temporadas, que formó parte de la llamada “The Hollywood Gang” (pandilla de Hollywood), que adquirió en el hoy conocido hotel “Los Flamingos”, para convertirlo en un club privado por un breve periodo, así como haber tenido una fastuosa, inmensa y espectacular mansión que se encuentra en perfectas condiciones mejor conocida “La Casa John Wayne”, de color blanca, con capacidad para 14 personas, 6 dormitorios y una gran piscina que tiene sus iniciales “JW”, con vista al océano pacifico y a tres puntos maravillosos: La Roqueta, La Quebrada, Pie de La Cuesta, además de contar con muelle propio, construida sobre la cima de un peñasco al estilo de los años maravillosos de los cincuentas.